¡NO LA LLAMES 'MARIHUANA'!

No debemos usar la palabra ‘marihuana’ o ‘marijuana’ porque es racista y ha sido usada para enjuiciamiento. Por eso siempre debemos hablar de cannabis al referirnos a la planta.  


Aunque el ‘cannabis’ y la ‘marihuana’ continúan usándose indistintamente, incluso en capacidades oficiales, no son lo mismo. Y ahora, más que nunca, es importante ser asertivos al momento de hablar.  

Por un lado, referirse a la planta como ‘marihuana’ es científicamente incorrecto; no existe una planta de marihuana. El nombre científico de la planta es cannabis sativa, por lo general, se debería usar la palabra ‘cannabis’ o ‘cáñamo’ al referirse a la planta entera. 

Hay evidencia que entre 1840 a 1900 las revistas científicas de EE. UU. publicaron cientos de artículos que promocionaban los beneficios terapéuticos del cannabis. Y las compañías farmacéuticas usaban el cannabis en medicamentos para todo tipo de enfermedades como la migraña, insomnio y dolores crónicos. 

¿Entonces qué cambió? Durante las primeras décadas de 1900 comienza a aparecer masivamente la palabra ‘marihuana’ en los EE.UU pero con una connotación negativa. El término fue popularizado para referirse a la forma de la hierba: las flores secas y las hojas con las que enrollas un porro o empacas un bol, por el magnate de las publicaciones William Randolph Hearst, notoriamente racista y dueño del imperio que aún publica títulos como Cosmopolitan, Elle, Marie Claire, Esquire y muchos otros.

La palabra ‘marihuana’ tiene origen popular en México y era ampliamente utilizada para referirse a la planta. La planta de cannabis se puede procesar de tres maneras: hierba, hachís y aceite de hachís. Y entre más experimentamos con el consumo de cannabis, más nos desviamos de lo que técnicamente se califica como ‘marihuana’. 


Hearts vio la creciente industria del cannabis como una amenaza para sus inversiones en madera y decidió organizar una campaña nacional y categóricamente viciosa para acabar con ella. Su propaganda llegó a las páginas de los principales periódicos estadounidenses, contando historias horribles y totalmente falsas sobre las personas de color que segun el cometian horribles actos de violencia por estar bajo la influencia del cannabis. 

Para esa misma época, EE.UU estaba saliendo de la prohibición del alcohol y estaba recibiendo una oleada de inmigrantes a causa de la Guerra Civil Mexicana. El Gobierno Americano utilizó esa coyuntura social como la excusa perfecta para recuperar el apoyo que había perdido durante la prohibición. Como el uso del cannabis estaba asociado principalmente a comunidades originarias e inmigrantes mexicanos, el Estado comenzó a hacer propaganda para satanizar la planta y así a sus consumidores. 

De esa manera es que el Gobierno Americano logró generar el apoyo para prohibir el cannabis y comenzar su atroz lucha contra las “drogas”.  Desde el momento que fue hecha ilegal, ha servido como justificación para criminalizar y perseguir a las comunidades marginales que tradicionalmente han sido asociadas a el cannabis. A lo largo de todo esto, la ‘marihuana’ se convirtió en sinónimo de maldad. Y hasta el día de hoy, persiste. 

Esa manipulación social y desinformación organizada promovida por el gobierno Americano para el mundo entero es la que causó que SOLO en el 2018 663,367 personas perdieran su libertad, de las cuales 46.5% fueron Negras y Latinas, a pesar de solo ser el 31.5% de los consumidores en los EE. UU. ¿Cuántas personas sería a nivel global?

En estos tiempos de cambio social han causado que re-evaluemos mucho el lenguaje que usamos, la palabra “marihuana” es una de esas que debemos dejar de usar. Si quieres que algún día el cannabis sea reconocido por todos sus beneficios increíbles, ¡NO LA LLAMES  MARIHUANA!

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